La idea de unir un club de deporte convencional con los eSports no es nada nuevo fuera de nuestras fronteras: en Estados Unidos los Miami Heats compraron el equipo de League of Legends Team Misfitsen en 2017, los Sixers se hicieron con los Dignitas en 2016, en Europa el Besiktas también fue de los pioneros en este tipo de acciones tras anunciar en 2015 la creación de un equipo de deportes electrónicos para competir en la Turkish Championship Series de League of Legends; e incluso el Schalke 04 cuenta entre sus filas con el Elements, uno de los equipos más famosos de LOL desde el año 2016.

Por eso no nos extraña que cada vez sean más los clubes españoles que se animan a incorporar equipos de eSports profesionales a sus filas. Sobre todo, desde que el Baskonia adquirió un conjunto en 2015, siendo además el primer equipo deportivo profesional español en entrar en la escena electrónica.

De hecho, podemos decir que se trata de un movimiento casi natural, de crecimiento y actualización de las competiciones deportivas, que arrancó en la década pasada y, desde luego, no está dispuesto a detenerse.

Para conocer más sobre este fenómeno nos reunimos con Diego Soro, CEO del Cream Real Betis que nos explica, desde una visión empresarial y estratégica como uno de los clubes de fútbol con más historia del panorama nacional decide adentrarse en el mundo de las competiciones electrónicas.

Una de las primeras ideas que nos transmite el directivo es que debemos descartar el pensamiento tradicional de ver a este tipo de clubes “de fútbol” como un equipo solamente “de fútbol”, ya que más bien se transforman en marcas y diversifican sus activos. En el caso del Real Betis Balompié estamos ante un equipo multidisciplinar que tiene fútbol masculino y femenino, está en la primera división de fútbol sala, y cuenta con un equipo de baloncesto, de manera que el Cream Real Betis se integra como un equipo más dentro de la marca.

El Betis es un club centenario, con mucha historia y un gran calado en la afición, sobre todo en Andalucía. Sin embargo, y a pesar de “no necesitar la parte de eSports para ser un equipo reconocido” es consciente de que las nuevas generaciones consumen distintos contenidos y, sobre todo, los consumen de manera diferente. De hecho, el público objetivo de las competiciones electrónicas está entre los 18 y 35 años, eso supone la posibilidad de  acercarse a los fans a edades más tempranas para que terminen siendo béticos. De esta manera los jóvenes pueden conocer al club porque son aficionados del League of Legends, y acabar teniendo una vinculación mucho mayor con la marca. Pero es un movimiento que también funciona a la inversa, ya que el bético de toda la vida “que veía League of Legends de manera casual, porque tiene a su equipo ahí, pues de repente tiene un motivo más para ver la Superliga, porque está el equipo de sus amores. Por eso creo que una unión de este tipo es un win-win clarísimo”, comenta Diego Soro.

Si por algo destaca el Betis, además de por sus méritos deportivos, es por la entrega de su afición, que no en balde es reconocida como una de las mejores aficiones de España. Y precisamente por eso se ha mantenido a la altura y no ha defraudado en cuanto a la acogida de las competiciones electrónicas. De hecho, el equipo de Rainbow Six del Cream Real Betis ha sido uno de los más seguidos en los últimos años en las competiciones españolas.

Dentro del deporte convencional los equipos cuentan con una infraestructura que no es desconocida al público general: jugadores, entrenadores, psicólogos, personal de marketing y un largo etcétera que también es necesario dentro de cualquier equipo de eSports profesional. El equipo de LOL del Cream Real Betis reside en este momento en Sevilla, compite en la “gaming office” del estadio Benito Villamarín; está formado por dos jugadores españoles y tres internacionales, junto a ellos también reside su entrenador, el psicólogo deportivo, cuentan con un manager, un editor de contenidos y además cuentan con el trabajo de más profesionales del Real Betis, de manera que tienen una estructura muy similar a la de cualquier club de deporte convencional.

En cuanto a los patrocinadores si es cierto que existen ciertos prejuicios que podemos atribuir a diferencias generacionales, que por su propia naturaleza terminarán desapareciendo. “Cuando juegas al Counter Strike no estás matando a una persona de verdad” asegura “es algo que a mí me parece muy obvio, pero cuando hablas con mucha gente, no es tan trivial”. De hecho, ese ha sido uno de los motivos por los cuales la marca de eSports del club cuenta nombre y escudos propios: evitar que “Real Betis Balompié” pudiera ser relacionado de alguna manera con juegos violentos por la imagen que puedan tener algunas personas de títulos como Valorant, Rimbow Six o Free Fire. Esto es algo que “a la larga acabará desapareciendo, pero que era necesario al principio”.

En el momento de esta conversación el Cream Real Betis no cuenta con ninguna mujer entre sus integrantes, al preguntar por esto Diego nos comenta que el equipo de Rainbow Six contó hace dos años con Reina Hipster, una de las primeras mujeres presente en la escena competitiva nacional. Achaca la falta de féminas a que, si bien cada vez está más normalizado jugar videojuegos entre chicas, éstas parecen mostrar menos interés en los eSports, nos apunta que en el Betis no hay ningún tipo de distinción por cuestiones de sexo “esperamos que con el tiempo cada vez haya más equipos mixtos de manera natural”.

Al igual que ocurre con el resto de los equipos de la marca dentro de los conjuntos de eSports existen jugadores internacionales elegidos por el “manager” que es una figura equivalente al director deportivo del fútbol, que una vez terminada la temporada comienza a ojear posibles fichajes. Por normativa para poder competir, en cada equipo debe haber al menos dos jugadores españoles y además de eso hay que tener en cuenta que “por defecto es mucho mejor tener jugadores nacionales porque la vinculación con la afición y con el club es más sencilla” pero es necesario abrir el abanico y buscar jugadores más allá de nuestras fronteras. Los contratos en los eSports suelen durar un año, a partir del 15 de noviembre se abre un período de fichajes en el que durante un mes y medio se puede negociar con los jugadores y estas fechas tan ajustadas hacen que en muchos casos el concepto tradicional de “cantera” no tenga presencia en los eSports.

Como previsión para el futuro del club Diego nos comenta su deseo de llenar el Benito Villamarín de béticos para ver al Cream Real Betis competir en la Superliga y no podemos estar más de acuerdo. ¡Viva el Betis manque pierda!